La elección de la fuente de alimentación es uno de los aspectos que más suelen pasar por alto cuando se trata de comprar los componentes de nuestro ordenador. A menudo, el único factor en el que muchos se fijan es el número de vatios, pensando que con tener la suficiente potencia basta. Sin embargo, este sólo es uno de los factores que hay que mirar antes de comprar una fuente de alimentación, y si nos decantamos por un modelo de poca calidad podemos pagarlo a la larga (o no tan a la larga) sufriendo de inestabilidad, sobrecalentamientos o constantes reinicios, además de un importante acortamiento de la vida útil de nuestro equipo.
Para arrojar algo de luz al asunto y ayudaros a elegir, vamos a explicaros en esta guía cómo elegir una fuente de alimentación que se ajuste a vuestras necesidades y sobre todo que sea fiable, ya que de nada sirve tener la última tarjeta gráfica del mercado o la CPU más rápida si no les suministramos el “combustible” que necesitan.
Una vez que tengáis más claros los principales factores a tener en cuenta, os será más fácil buscar la mejor fuente de alimentación según vuestros requisitos y vuestro presupuesto.
Así que sin más preámbulos, esta es nuestra checklist para comprar una buena fuente de alimentación:
Potencia: El número de vatios importa
Este es el primer aspecto que tenemos que decidir cuando vamos a elegir una fuente de alimentación. Todos los componentes que conforman nuestro equipo van a obtener la energía que necesitan para funcionar correctamente de esta pieza, por lo que a rasgos generales se puede decir que mientras más potente sea nuestro PC, más potente deberá ser la fuente de alimentación.
Sin embargo, la tarjeta gráfica es la pieza que más va a determinar el voltaje de la fuente que compremos, ya que es el componente que más energía necesita. Muchos fabricantes de tarjetas gráficas indican en sus especificaciones los vatios recomendados para cada uno de sus modelos, lo que puede ayudarte a ir acotando tu elección.
La mayoría de gráficas suele moverse entre los 400w y los 600w, aunque siempre es buena idea sumar algo de potencia para tener suficiente margen, ya que en el futuro podemos conectar más dispositivos a nuestro PC o actualizar algún componente y sustituirlo que tenga un mayor consumo.
Raíles y amperios
Además de la potencia total de la fuente de alimentación, también es muy importante saber cómo se distribuye esta potencia. Las fuentes tienen varios raíles, por los que discurren los diferentes voltajes. Normalmente son tres: 3v, 5v y +12v.
Las tarjetas gráfica, como ya hemos mencionado, son los componentes que más energía necesitan, por lo que se nutren del raíl más potente: el raíl de +12v. Por eso, tenemos que prestar atención a los amperios que entrega este raíl en cuestión. A gráfica más potente, más amperios necesitamos. Así, para una configuración gaming básica, tendremos suficiente con 24A, mientras que para sistemas más entusiastas o para configuraciones en SLI, puede que tengamos que subir esa cifra hasta los 45A o incluso más.
También la antigüedad de la gráfica influye aquí, ya que las más nuevas siempre buscan la máxima eficiencia energética. Por eso no es extraño encontrar modelos de gama alta que consumen bastante menos que otros modelos bastante más básicos, pero que salieron al mercado hace más tiempo.
Siguiendo con el raíl de los +12v, podemos encontrar fuentes con un sólo raíl de este tipo y fuentes con dos o más, en las que la potencia se divide entre varios raíles. Que elijas uno u otro no va a afectar al rendimiento de tu PC, aunque si vas a adquirir una fuente de potencia media-alta, digamos a partir de 550w, puede ser una buena idea optar por una multi-raíl, ya que en caso de sobrecarga o corto circuito son más seguras y el daño no se concentra en un sólo raíl.
Eficiencia: Busca un modelo con certificado 80 Plus
Otro factor importante es el índice de eficiencia, o lo que es lo mismo, el porcentaje de energía que le llega realmente al sistema y por lo tanto es aprovechado. Las fuentes de alimentación que pasan una prueba de eficiencia de al menos el 80% consiguen un certificado llamado 80 Plus, y que puede ser desde el 80 Plus a secas (el más bajo, con el 80% justo de eficiencia) hasta 80 Plus Platino, existiendo entre medias el 80 Plus Bronce, 80 Plus Plata y 80 Plus Oro.
Las unidades que no alcanzan esta cifra pierden mucha energía por el camino, lo que se traduce en más calor, más ruido, más desgaste para los componentes y una factura de luz más alta. Por tanto, invertir en una fuente de alimentación con certificado de eficiencia nos puede resultar rentable a la larga.
Conectores de buena calidad
Debes asegurarte de que la fuente de alimentación tenga los conectores adecuados para tu sistema, aunque lo cierto es que hoy en día la gran mayoría de modelos tiene conectores suficientes para cualquier configuración.
Los conectores más importantes son el que va a la placa base, con 20 o 24 pins, el del procesador, que a su vez también se conecta a la placa base, con 4 u 8 pins, y el de la tarjeta gráfica (6-8 pins), aunque en este último caso no siempre es necesario conectarla.
Al margen de eso, siempre es buena idea comprobar el número de conectores SATA o Molex, que pueden utilizarse para alimentar discos duros, discos SSD, lectores de CD u otros dispositivos.
Dimensiones y formato: modular o semimodular
La mayor parte de fuentes tiene un formato ATX, que encaja sin problema en casi cualquier torre ATX (formato completo). También en muchas Micro ATX, aunque en este caso es recomendable que prestes atención a las dimensiones de un elemento y otro, para que no tengas ningún contratiempo. Especialmente, conviene es echar un vistazo a la profundidad de la fuente, ya que aunque las demás medidas suelen venir estandarizadas, esta puede presentar importantes variaciones entre modelos.
Otro aspecto referente al formato es si queremos una fuente de alimentación modular o no modular. Las modulares son más caras, pero permiten añadir o eliminar cables en función de si los necesitamos o no, por lo que son muy recomendables si no queremos lidiar con un importante lío de cables cada vez que abrimos nuestra caja. Además, menos cables también significa mejor ventilación y menor acumulación de polvo.
Por otro lado, esto supone añadir un conector más a cada cable, y por tanto una barrera extra de resistencia entre la unidad y el componente al que va conectado y una pieza más que puede fallar o sobrecalentarse. Pero por lo general, el rendimiento no se verá afectado, por lo que si el presupuesto te llega, te recomendamos que te hagas con una de tipo modular.
Principales marcas del mercado
Por último, aunque no por ello menos importante, conviene limitar nuestra elección a una serie de marcas de renombre, cuya calidad esté fuera de toda duda. Aunque en otros componentes podemos recortar algo de presupuesto y optar por fabricantes no tan conocidos, en el caso de las fuentes de alimentación esto es una práctica muy peligrosa.
Esto no quiere decir que todos los modelos de las marcas más reconocidas vayan a ser recomendables, ya que dentro de cada una existen distintas series con diferentes características y materiales. Pero siguiendo los anteriores parámetros y optando por una de estas marcas tendremos un plus de confianza a la hora de hacer nuestra compra.
No queremos limitar las marcas a una lista cerrada y exclusiva, pero a continuación os ofrecemos una que puede serviros de orientación:
Cómo veis, la elección de la fuente de alimentación no es algo que deba tomarse a la ligera, y en ello influyen más factores de lo que podría parecer en un primer momento. Así que esperamos que esta guía os sirva para encontrar vuestro modelo ideal, que os haga disfrutar de vuestro PC durante mucho tiempo.