Las nuevas placas base Intel de la serie 300 ya están a la venta: la H370, la B360 y la H310.
Tras muchos meses de espera, estos chipsets orientados a procesadores Intel de octava generación de gama media-baja con multiplicador bloqueado por fin están disponible en tiendas, aunque de momento con escasa disponibilidad y a un precio algo elevado.
Hasta ahora, para montar procesadores como el Intel Core i3-8100 o el i5-8500, por ejemplo, había que recurrir a las placas de tipo Z370, de gama alta y preparadas para realizar overclocking.
El principal problema era su elevado precio: era difícil encontrarlas por menos de 110 euros, más de lo que cuesta el i3-8100.
¿Y si no querías hacer overclock?
No importaba, también tenías que comprar un modelo con ese chipset.
Eso, lógicamente, iba contra los intereses de todo aquel que quisiera montar un PC basado en un procesador Intel con un presupuesto bajo o medio, ya que se estaba pagando un precio muy elevado por un componente que no se iba a aprovechar totalmente.
Por ese motivo, desde la aparición de la octava generación de procesadores Intel Core, la mejor opción para estos presupuestos bajos pasaba por AMD y sus procesadores Ryzen, cuyas placas compatibles (las B350) eran mucho más baratas en comparación.
Y, por si fuera poco, soportan overclocking, incluso los modelos más modestos.
Ahora, sin embargo, todo el panorama cambia con la aparición de las nuevas H370, B360 y H310.
¿Pero cómo podemos saber cuál elegir? ¿Cuál es la diferencia entre ellas? Vamos a verlo a continuación.
Placas base H370
Estas placas son muy similares a las Z370 en cuanto a calidad y funcionalidades. La principal (y notoria) diferencia es que no soportan overclock. Y tampoco pueden albergar múltiples tarjetas gráficas, aunque al fin y al cabo esta funcionalidad seguro que no la echa de menos la mayoría de usuarios.
Al margen de eso, las H370 son compatibles con RAID y con la Memoria Intel Optane, cuentan con 14 puertos USB, con un máximo de 4 puertos USB 3.1 Gen. 2 y 8 Gen. 1, 6 puertos SATA 3 y 20 lanes PCI Express 3.0.
Su precio a día de hoy va desde los 90 euros hasta los 160 euros.
Placas base B360
Un escalón por debajo encontramos las B360, que puede considerarse como la gama media de placas base para procesadores Intel Coffe Lake.
En este chipset ya encontramos más sacrificios con el fin de conseguir un precio moderado. Por ejemplo, cuenta con menos puertos USB (un total de 12, con un máximo de 6 de tipo 3.1 Gen. 1 y 4 Gen. 2), menos puertos lanes PCI-E (12) y no soporta RAID.
Por supuesto, tampoco soporta overclock, SLI ni CrossFire, aunque sí Memoria Optane.
Estas placas base sin duda se convertirán en las principales recomendaciones para equipos de gama media con procesadores bloqueados, ya que logran un equilibrio perfecto entre calidad, funcionalidades y precio: entre 65 y 120 euros aproximadamente en el momento de salir a la venta.
Placas base H310
Por último, las H310 son los modelos más modestos y económicos de la familia.
Estas placas base están orientadas a aquellos que busquen montar un PC gaming muy económico, por debajo de los 700-800 euros. Disponen de menos opciones de conectividad que en los casos anteriores: solo 10 puertos USB (4 de tipo Gen. 1 y ninguno Gen. 2), 4 puertos SATA 3 y 6 lanes PCI-E. Tampoco soporta RAID ni Memoria Optane.
Estos modelos los podemos encontrar desde los 57 euros aproximadamente.