Es un debate muy antiguo, pero que se reaviva con cada nueva generación: ¿Qué es mejor para jugar, un PC o una consola? Evidentemente, nosotros estamos convencidos de que un PC tiene más beneficios en lo que se refiere al gaming, pero eso no quiere decir que no nos gusten también las consolas. De hecho, por mis manos han pasado la PlayStation original, la Dreamcast, la Xbox y la Xbox 360, brindándome todas ellas muchas horas de diversión.
Para los que aún no están muy convencidos, hemos elaborado esta lista con las principales razones por las que creemos que, si eres un gamer, debes comprar un PC antes que una consola. Ahí van:
1. Es más barato
Vale, esta afirmación tiene truco, ya que un PC gamer de gama media puede costar alrededor de 800 euros, más del doble que la PS4 o la Xbox One. Sin embargo, a la larga un PC sale más rentable por diversos motivos. En primer lugar, por el precio de los juegos, mucho más económicos que los de consola. Sólo cazando ofertas en plataformas como Steam podemos construir una gran colección de títulos a un precio ridículo. Y eso sin contar los innumerables juegos multijugador gratuitos que tenemos a nuestra disposición.
En segundo lugar, otorga posibilidades de mejora que no tienen las consolas. Con estas, si quieres dar un salto cualitativo, no tienes mucha más opción que comprar una de siguiente generación, o en su caso, una de las nuevas versiones mejoradas por las que ahora parecen apostar las compañías, como la PS4 Pro o la Xbox Scorpio.
En cambio, con un PC siempre puedes sustituir el procesador o la tarjeta gráfica para tener un equipo con nuevas posibilidades sin tener que cambiar todo el sistema. Y el resto de componentes pueden durarte muchos años, si te propones renovarlos sólo cuando sea imprescindible.
Además, no es necesario llegar a esos 800 euros para poder jugar a los últimos títulos del mercado. Como puedes ver en nuestra sección de configuraciones gamer, hoy en día es posible disfrutar de un PC para juegos por cantidades mucho inferiores, sobre todo si optas por construir tu propio PC por piezas.
2. Hay más juegos, y más variados
Hubo una época en la que las consolas tenían la exclusividad de muchos de los mejores juegos del mercado, pero en la actualidad no podemos decir lo mismo. El desarrollo para PC es más fácil y menos costoso para consolas, por lo que las compañías que no apuestan por esta plataforma salen perdiendo.
De forma inversa ocurre lo contrario: cada vez salen más juegos exclusivos para PC, sobre todo si tenemos la cantidad de desarrolladoras independientes que trabajan sólo en este mercado.
Esta ventaja se ve de forma aún más clara si hablamos del género de la estrategia, en el que reina de forma incontestable el PC, dada la propia naturaleza de esta plataforma y las posibilidades que ofrecen un teclado y un ratón, los hace perfectos para disfrutar de juegos.
3. Tienen mejor rendimiento
Aquí no hay discusión: Un PC te va a proporcionar un mejor rendimiento y mayor calidad gráfica. Y no estamos hablando de un PC de última generación, o que cueste 1.000 euros. Incluso uno de 400 euros (bien configurado) o uno de gama media-alta con varios años de antigüedad puede batir fácilmente a las nuevas consolas. Esto es así porque de lo contrario, con un hardware más avanzado, el precio de las consolas se dispararía, y se quedarían sin su principal argumento que aún tienen frente a los PC.
Como consecuencia, las propias desarrolladoras tienen que ponerse límites cuando programan para consolas, ofrecer gráficos por debajo de lo que son capaces de conseguir en realidad. En cambio, en PC tienen muchas más posibilidades, y las versiones aquí suelen lucir mucho mejores que en consola.
4. Son compatibles con los clásicos
Si eres fan de los juegos clásicos (algo probable si superas la treintena), puedes seguir jugándolos en un PC actual. Miles de voluntarios en todo el mundo e incluso las propias desarrolladoras se encargan de recuperar los títulos más emblemáticos para poder disfrutarlos hoy en día, y también existen plataformas de venta enfocados hacia este tipo de mercado, como GOG.
Las consolas, por su parte, nunca han sido muy amigas de facilitar la retroactividad a sus usuarios. O bien no la permite, directamente, o bien la permiten pero exigen instalar alguna actualización del sistema operativo o incluso el pago de una cuota, como PS4 y su PlayStation Now. Y eso solo para juegos de la anterior generación. De clásicos de 8 bits mejor ni hablar.
5. Tienen más opciones de personalización
Es muy sencillo personalizar tu PC, y diseñar exactamente el equipo de quieres. Sólo tú sabes qué uso le vas a dar y a qué títulos vas a jugar, por lo que nadie mejor que tú para elegir cada uno de sus componentes. En las consolas esto es impensable, ya que son como las lentejas: o las tomas o las dejas.
De esta forma, puedes elegir si quieres un procesador más potente y una gráfica más discreta, o viceversa; una fuente de alimentación de 400w o de 800w, un disco HDD o uno SSD, y así con cada uno de los componentes.
También, aunque sea algo secundario, se puede personalizar el aspecto estético. La mayoría de nosotros nos conformamos con elegir la torre que más nos guste, pero los fans del modding tienen todo un mundo de posibilidades.
6. Ofrecen mayor flexibilidad
Aunque el teclado y el ratón es la forma más común de jugar en PC, y como se saca el mayor provecho a la mayoría de juegos, existen otras muchas posibilidades. Puedes jugar con un mando, como si de una consola de tratase, con un joystick, con un volante…. Y ahora, con la irrupción de la realidad virtual, las opciones son aún mayores. Los fabricantes no dejan de lanzar nuevos periféricos, y todos ellos suponen nuevas experiencias de juego.
Y si lo que te gusta de una consola es que puedes sentarte en el sofá o en tu sillón favorito mientras juegas, también puedes hacerlo con un PC. Simplemente tienes que conectar tu equipo al televisor por medio de un cable HDMI.
Como ves, el control y la flexibilidad es una de las grandes bazas de los PC, y no hay una norma escrita en cuanto a la forma de jugar.
7. De todas formas, necesitas un PC
Este motivo puede parecer un poco obvio, pero muchos lo pasan por alto a la hora de decidir entre un PC y una consola: aunque prefieras una consola para jugar, lo más probable es que también necesites un ordenador para otras tareas. Por tanto, es mucho más rentable tener sólo un PC que te sirva para todo, que un PC y una consola.
Es cierto que mucha gente prefiere un portátil, o se conforma hasta con una tablet, para todas estas tareas cotidianas, pero todavía son una gran mayoría los que no imaginan su vida sin un PC.
En el caso de quienes se dediquen, ya sea de forma profesional o amateur, actividades como la edición de fotografía, video o audio, diseño gráfico, diseño de páginas web y demás, esta necesidad es casi insalvable, por lo que ir desde un primer momento por un buen PC y dejar de lado las consolas puede servir para ahorrar un buen dinero (lo que nos lleva de nuevo al primer punto, que en mi opinión es el más importante).
Estas son nuestras razones por las que preferimos un PC antes que una consola para jugar, pero seguro que hay muchas más. Y por supuesto, seguro que también hay un buen puñado de motivos por los que optar por una consola, por lo que sólo tú puedes valorar qué necesitas.
No obstante, los PC no son para todos los públicos. Mucha gente simplemente quiere llegar a casa después de un duro día de trabajo o de estudio y ponerse a jugar con simplemente pulsar un botón, sin preocuparse por instalar drivers, actualizar su sistema operativo o enfrentarse a los temidos pantallazos azules. Si es tu caso, evidentemente las consolas son lo tuyo. Pero si no te importa tener un poco de trabajo extra, la via del PC tiene muchas más recompensas.